Esta expresión es común en
nuestro dialecto y es una variación de un antiguo dicho popular traído por los españoles que dice “No perder
pie ni pisada” y que está asociado al hecho de hacerle seguimiento meticuloso a
alguien con diferentes fines, acompañándolo en ocasiones. En nuestro dialecto
este proposito se cambió de forma metafórica y se le endosó ál hecho que una
persona imite las actitudes, acciones y forma de ser de otra, generalmente algún
progenitor y de esta manera parecerse a él. Usualmente se utiliza de manera de
reproche para indicar las cosas negativas que se han imitado. “Ese hijo tuyo no
le pierde pisada a su padre, es igual de borracho y escandaloso” ”Rubén Darío
no le ha perdido pisada a su tio y está por graduarse de abogado igual que él”
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