Esta palabra identifica en nuestro
dialecto a una bebida energética o batido, inventado por Antonio Piñeiro a
finales de los años cincuenta y principios de los 60, en Cabimas. El mismo se
preparaba echando en una licuadora, hielo, jugo de naranja, uno o dos ojos de toros e igual cantidad de
huevos de gallina, de acuerdo al gusto del cliente, un chorro de vino Sansón y un
toque de canela en polvo. Estos ingredientes se licuaban y terminaban
produciendo una bebida que dado el alto grado de vitaminas que poseía a muchos
les producía mareos. De ese alto
contenido proteico viene el nombre que su creador le dio, ya que según la mayoría
levantaba hasta los muertos. Esta bebida se comercializaba en el Paseo
Sorocaima y competía sanamente con otras famosas en ese entonces que eran las
Vitaminas de Cleto y la Chicha de Vicuña. Posteriormente tras la demolición del
Sorocaima, fueron mudados al Centro Cívico. Tras la muerte de su creador los
hijos continuaron preparándolos pero por asuntos personales dejaron de hacerlo.
Sin embargo todavía queda el recuerdo de la bebida en los trabajadores
petroleros de entonces y los habitantes que pudieron disfrutarla. “Un día me tomé amanecío un Levantón a que
Piñeiro y se me bajaron los breker”
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