Esta expresión considerada por muchos
malsonante u obscena, es popular en nuestro dialecto y nada tiene que ver con el
miembro masculino como esgrimen quienes la consideran vulgar, negándose a entender que la palabra verga se usa en
nuestra forma de hablar como comodín, sustituyendo cualquier otra. La expresión refleja una contrariedad o
queja, ya que con ella se expone la repetición de hechos negativos que suceden consecutivamente
y en ocasiones sobrepasan nuestra capacidad de respuesta para solucionarlos. Estos pueden ser de orden sentimental, económico,
circunstancial o cualquiera en general. Es el derivado autóctono de “Cuando no es una
cosa es la otra” de procedencia española. “Cuando no es una verga es otra que
me pasa y no puedo viajar"
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