Entre eso clubes desparecidos de la ciudad este fue
uno de los más populares por su actividad permanente y las diversas
oportunidades de distracción para la familia. Nació en 1916 tras la fusión de
los Clubes Unión y Concordia y tuvo como primera sede el edificio Las Mercedes
en la plaza Baralt, donde su terraza sirvió no solo para admirar el movimiento
de la ciudad en ese entonces sino también
para diversos eventos. En 1942 se mudó a la avenida el Milagro, en el
sector La Calzada, donde construyeron un edificio de arquitectura modernista de
dos plantas con una rampa que convertía el segundo piso como el principal ya
que por allí se entraba y dotado de instalaciones que lo transformaron en uno
de los más vanguardistas de la ciudad. En
sus espacios se encontraban: Canchas de bowling, piscina olímpica, restaurant,
concha acústica para espectáculos artísticos y de otro tipo, salón de belleza,
terraza, cine con una pantalla gigante, amplios salones, canchas deportivas,
jardines, pista de baile y playa poblada de palmeras, así como los alrededores
del club y amplios estacionamientos, entre muchas más. Resultó el sitio
obligado de celebración para miembros, amigos y muchas personas, celebrando
entre los años 50 y 70 la fiesta de carnavales más concurrida y fastuosa de la
ciudad, peleándose con otros sitios como el Catirito y el Naiguata, también
ubicados en el Milagro, ese honor. Podían verse en esa multitudinaria fiesta,
disfraces rimbombantes y novedosos mezclarse con tradicionales como las
negritas y los viejos. Artistas nacionales y extranjeros, tanto famosos como no
tantos, se dieron cita allí poniendo a bailar a los maracuchos también en otras
celebraciones puntuales como La Feria de la Chinita, Navidades, Día de la Raza,
Día del Trabajador, Cruz de Mayo, etc. También fueron muy visitados los juegos
de bingo, los campeonatos deportivos, la playa que era una de las pocas en la
ciudad y que con el relleno para el Paseo del Lago desapareció, las reuniones
en sus salones y el San Nicolás que hacía de las delicias de los niños en esa
época. Se puede decir que fue el lugar más popular para la clase media hacia
arriba de entonces, porque permitió en muchos momentos que la clase popular
pudiera disfrutar de sus eventos. Fue perdiendo su encanto por la mala
administración a partir de finales de los 80 y terminó siendo cerrado. Sus
instalaciones fueron declaradas como patrimonio municipal en el 2003 y en ellas
colocaron los niños de la Fundación
Niños del Sol. Posteriormente también fue sede de la Fundación Niño Simón y de
la ONA.
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