Esta palabra identifica a un mueble de
vieja data fabricado de madera cuya función es guardar la ropa y otros enseres.
Fue traído por los conquistadores y usado en un primer momento por la clase
alta, pero poco a poco fue haciéndose popular en todos los hogares siendo sustituido con el tiempo por los empotrados en
la pared llamados closet. En nuestro dialecto también se usa como símil para indicar
el hecho que una persona sea receptora y cuide muy bien los secretos de otra
persona que le han sido contados pero también como rechazo al hecho de escuchar
o guardar estos. Es de uso común y es posible escucharlo también en otras
regiones. Esta connotación no está en el diccionario de la Real Academia. Igualmente
pero de poco uso está el de comparar a las personas corpulentas con este. “Podéis
decírselo a María que es un escaparate” “A mí no me vengáis a contarme brollos
que yo no soy escaparate de nadie”
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