Esta palabra señala a un popular
instrumento agrícola y hortícola que sirve para recoger hojas entre otras
cosas, mientras que también se usa en jardinería, los que son de hierro, para
aflojar el suelo. Está compuesto de un mango y una barra dentada y es un
invento de muy vieja data traída a América por los españoles, aunque se tiene
certeza que herramientas similares ya existían en la época precolombina en
nuestro continente, sin embargo esta palabra también se usó en nuestro dialecto
en otra connotación autóctona que nada tiene que ver con agricultura ni jardinería.
Se le llamaba de esta manera a la sección de la cárcel donde eran colocados los
peores antisociales o reclusos, lo que se le da el termino policial de máxima seguridad.
Fue una palabra, dada la época en que fue usada donde los gobiernos
autoritarios eran comunes que alcanzó rasgos de popularidad entre la población general
en ese momento. Ya es raro escucharlo y pocos lo recuerdan. En México y
Colombia le dan este nombre a las máquinillas de afeitar “A mi papá como
castigo por hablar mal de Gómez lo metieron en el rastrillo”
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