Esta palabra en la connotación que se le
ha dado actualmente en el año 2019 es de novísima data. Nada tiene que ver con
el signo de puntuación ni con los modernos puntos de venta. Es una medida de
capacidad que equivales a 20 litros de gasolina, la cual se almacena
generalmente en pimpinas plásticas. Es una modalidad que emigró desde el vecino
país, donde se practica desde hace muchos años con la gasolina venezolana, a
nuestro Estado por ser limítrofe y al que se sumaron mafias locales,
aprovechando la escasez del combustible. Es la nueva ocupación del bachaquero
original que comenzó llevando el combustible para Colombia, solo que ahora se
le sumó el mercado local y en el mismo actúan tantos empleados de estos facinerosos
como personas ordinarias que buscan obtener una ganancia extra. El precio, tal
como ha pasado con el dólar por mucho tiempo, lo colocan los jefes de este
cartel y el mismo lo estipulan en moneda norteamericana. Al parecer el nombre
es una forma de eufemismo para evadir las autoridades, aunque hay otros que
aseguran que igualmente emigró del país vecino. “¿No sabéis a qué precio está
el punto? Porque voy a vender 1.” “Necesito 3 puntos de gasolina”
No hay comentarios:
Publicar un comentario