Esta palabra en la connotación que se
usaba hace algunos años en nuestro dialecto es raro escucharla. La misma está
cargada de ocurrencia y no tiene que ver con anatomía aunque existan cuerpos. En
términos comunes esta palabra señala a la capa externa de la piel que recubre
nuestro cuerpo y en botánica es la membrana epitelial constituida por capas de células desprovistas de clorofila.
Sin embargo era común en nuestros lares, tal vez como forma peyorativa o un
eufemismo, darles ese adjetivo a las mujeres que tenían relación con algún hombre
sin estar casadas con él, lo que ahora se le dice concubinato e incluso
entraban en esa definición las que lo hacían como amantes o querías. Deriva del
hecho que estas estaban por fuera de lo aceptado, o sea no eran proyectos
serios sino ocasionales y allí se encuentra la comparación que origina esta. Eran otra piel. “En
Acedo me conseguí a la epidermis de tu hermano”
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