Esta expresión nada tiene que ver
literalmente con lo que sus palabras indican, no existe la acción de llevar físicamente
algo y mucho menos una pata. Es oriunda del entorno hípico donde la expresión
era usada para indicar el 25 por ciento de la propiedad de algún caballo y
emigró a las apuestas de remate de estos pero ya no para señalar la cuarta
parte sino generalmente pagar la apuesta entre varios. De allí en nuestro
dialecto emigró al habla cotidiana como sinónimo de sociedad, sin que determine
el porcentaje de participación de la persona, aunque generalmente esta es
minoritaria. “Llevo una pata en ese caballo que ganó” “Yo llevo una pata en la compañía
de Clodobaldo”
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