Esta sencilla delicia
gastronómica, una de las tantas que nos proporciona el plátano, es un acompañante ideal para cualquier comida,
ya que el dulce del mismo combina con los otros sabores a quienes sirve de
contorno. Pero también es ideal como plato principal para cenas, acompañado con
queso, embutidos, huevos o lo que el gusto requiera. Prepararlos es muy fácil,
se toman plátanos maduros, los que llamamos por acá concha negra, se le quita
esta y se colocan en una paila o sartén con agua, cuidando que está no los
cubra y se ponen al fuego lento, luego se le agrega panela o azúcar y
mantequilla o margarina y a medida que lo dulce se va espesando formando un
caramelo se van cubriendo los plátanos con este, hasta que estos queden al
gusto del cocinero. Hay quienes le agregan también canela, una pizca de sal y
hasta malagueta e incluso queso rallado. Es un plato que he emigrado a otras
regiones y muchos también le llaman plátano caramelizado
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