Esta palabra tan común y popular en nuestro dialecto nada
tiene que ver con el verbo volver ni con el también cotidiano uso de verga. La misma
se usa en disimiles momentos para señalar siempre algo extremo, algo que escapa
al control o no es posible dilucidarlo. Un estado mental muy particular que
exacerba nuestros sentidos. De tal modo que un sentimiento grande nos produce
estar así, pero también una borrachera en la cual no se coordinan pensamientos
o movimientos, una enfermedad que nos impida realizar nuestras tareas comunes e
incluso el acto de no darse cuenta que terceros lo engañan o estafan, son
algunas acciones que provocan este estado. Aunque debería escribirse como frase
separada, por razones de rapidez en el habla se pronuncia como una sola palabra
y no como dos. “Mi hija me tienen vueltoverga” “Anoche Lalo se fue a su casa
vueltoverga” “La gripe me tiene vueltoverga” “A tu madre la tiene vueltaverga con
los intereses ese prestamista”
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