Con este
nombre que es el diminutivo del instrumento musical de viento, bautizaron en nuestro
dialecto los jóvenes de los 70 y 80 a las cajas de chiclets Adams vacías que
usaban para soplarla y esta emitía un sonido parecido a ese instrumento. El
mencionado chiclets venía de cuatro sabores que eran canela, menta, tutiftuti y
yerbabuena. Aunque el mencionado producto se sigue vendiendo la moda pasó y ya
es raro el hacerlo, tal vez porque la calidad de los empaques bajó y ya no tienen
el mismo efecto. “Me guardáis la trompetica cuando te los comáis todos”
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