Esta
palabra identifica en nuestro dialecto a un manjar dulce de consumo cotidiano
hace algunos años, infaltable en los abastos y en los azafates de quienes
vendían dulces y conservas pero ya raro de conseguirlo. Lo trajeron los
canarios para quienes es un plato tradicional y en el país la preparación y los
ingredientes variaron, de modo que en el oriente sobre todo Cumaná se hace con
casabe molido, mientras que en los llanos y nuestra región se hacen con fororo.
A este se le agregan como ingredientes la panela y la guayabita o pimienta
dulce y en el llano anís o ajonjolí. Su preparación es sencilla, se hierve la
panela en agua y una vez disuelta se le agrega el fororo lentamente revolviendo
hasta que la mezcla tome consistencia, también se le echa la guayabita. Luego
se amasa, se extiende de acuerdo al gusto y se deja secar. Finalmente se corta y
se come. Los cortes más tradicionales eran en forma de rombo y cuadrados
pequeños, pero también se hacían en forma de enrollado. “Mi abuelo levantó a la
familia haciendo gofios”
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