Entre
los lugares emblemáticos del oeste de la ciudad se encuentra este, ubicado en
la calle 96F (Avenida principal) de la Urbanización San Miguel, con avenida 59.
A mediados de los 70 Orlando Gil y Dixon Pérez iniciaron la aventura de colocar
un improvisado tráiler en el terreno,
que en un primer momento estuvo destinado a futuras áreas verdes, pero
que se encontraba vacío y llevaron al sector, como producto principal las
tradicionales arepas de pernil con agüita é sapo que tuvieron un éxito
inmediato entre los comensales de la zona, aun no tan poblada como en estos
instantes. Luego pasó el negocio a manos de Dixon y la atención del mismo a su
hermano conocido en el sector como Tacho y se pasó del tráiler a un kiosco rojo
de cocacola, diversificándose el menú e incluyéndole pizzas. El éxito produjo
que otros comerciantes se sumaran a acompañarlos en el lugar y el terreno se
pobló de puestos de comidas variadas. A mediados del 2001 el kiosko pasó a convertirse
en un local que mantuvo el nombre que habían hecho famoso sus comensales y
actualmente ofrece además de las tradicionales y singulares agüita e sapo,
arepas con variados rellenos, panes, tacos, hamburguesas, patacones y otras
cosas más, manteniendo la calidad de siempre en un ambiente agradable y
familiar.
sábado, 19 de marzo de 2016
Mariar
Esta
palabra tiene más de una decena de connotaciones en el Diccionario de la Real
Academia, todas ellas también usadas en nuestro dialecto, entre ellas el sentir
malestar, nauseas, aturdimiento, embriaguez, pérdida de estabilidad, así como también
el molestar a alguien y en el argot marino poner en movimiento alguna embarcación
pero la que explica el significado de la forma más común en la cual la usamos
no está. Con la misma señalamos el hecho de engañar o por medio de artimañas
lograr convencer a otro de lo que deseamos. Es de nueva data y formaba parte
del argot de los jóvenes de los años 60 y 70 y desde allí se hizo popular. Es
una alegoría al hecho de emborrachar a alguien con la intención antes descrita.
También se escucha en otras regiones. “El carajito ese me marió y se me fue
para el cine” “Voy a mariar a mi tía a ver
si me presta el carro”
jueves, 17 de marzo de 2016
Santa Frida café
Este es uno
de los nuevos lugares de Maracaibo donde se reúnen artistas de variadas
tendencias en la ciudad. Situado en una zona no tan concurrida es un oasis
donde la gente bebe, come y disfruta de obras de arte, canciones y hasta
aprende. Abierto en el año 2015 por el medico obstetra Rafael Andrade a quien
llaman cariñosamente Rafucho, está situado en Sabaneta al lado de la Clínica
Zulia, lugar de labor por muchos años de su dueño y su ambiente algo estrambótico
y diferente lo transforma en una propuesta novísima en cuanto a lugares de ese
tipo en la ciudad. Su nombre es en honor a la pintora y mártir mexicana y allí pueden apreciarse reproducciones de sus
obras además de la de otros artistas ya que además de café sirve como galería,
sala de conciertos y recitales poéticos, entre otras cosas incluido el de academia.
Es toda una aventura adentrarse en el mundo de este café en donde los viernes
se realizan eventos culturales en los cuales participan invitados y concurrentes, los sábados se dan clases de
pintura y cuatro y los otros días está a la orden de quien desee expresarse o
simplemente charlar y compartir. Algo notorio además de las obras de artistas plásticos
que decoran sus paredes son dos espejos que se encuentran en el techo, una mesa
donde los visitantes escriben lo que desean y el ambiente bucólico que
transporta al visitante. Es una apuesta familiar que en poco tiempo ha ganado
un espacio importante y ha ido creciendo.
Como que te lo sacaste en una caja de Ace
Esta expresión es asimilada a nuestro dialecto ya que se
escucha en todo el país, nació en los sesenta cuando las cajas del jabón en
polvo para lavar Ace, traían regalos dentro de ellas, primero fueron objetos de
quincalla, luego cubiertos y vajillas de plástico y finalmente porcelana japonesa, esto como una campaña
agresiva ante la pérdida de su espacio comercial ante los competidores. Dado
que no tenían costo extra estos objetos la gente asoció el hecho con el poco
esfuerzo o la poca pericia a la hora de hacer o ejecutar algo, y lo llevó a la
cotidianidad creado esta expresión. De modo que cuando alguien hace las cosas
malas, por ejemplo manejar, le señalan “Como que te sacaste la licencia en una
caja de Ace” o si posee un objeto que no sabe manipular, incluso si se equivoca
realizando una tarea, por ejemplo sumar le dicen: “Como que te sacaste el
título en una casa de Ace” Tiene sentido recriminativo.
viernes, 11 de marzo de 2016
Fuetiao
Esta
palabra cuyo significado en general es haber sido golpeado con un fuete o
alguna otra cosa, por lo que en otras regiones se usa como sinónimo de
maltrato, en nuestro dialecto se usa para indicar una de las consecuencias de
esto, que es air rápido o de prisa, generalmente de forma imprevista. Proviene
esta connotación del entorno hípico y también del campo donde el uso del fuete
provoca que el caballo o la bestia aumenten su velocidad. Es de uso también en
otras regiones aledañas. “Por allí salió Jorge fuetiao porque se le olvido la
cartera”
jueves, 10 de marzo de 2016
Botar
Esta
palabra identifica al verbo botar, se usa con diferentes connotaciones
asociadas todas a este, como son, arrojar, echar fuera a alguien, dilapidar bienes, etc. En nuestro
dialecto tiene otros significados además de los que acepta la Real Academia los
cuales son ser esplendidos, disfrutar de algo, echarse en algún lugar y la más autóctona
y ya poco usada que señala la acción de ir hacia algún lado con intenciones de reclamar
o realizar alguna acción violenta. Derivan estos últimos del dialecto canario
donde la palabra además de estar asociada a arrojar y derrochar, lo está también
a echarse y acometer. “Lo botaron del trabajo” “El jefe boto todo el dinero que
tenía” “Me voy a botar con la fiesta” “Se botó a llorar en la cama” “Me boté la
película” “Me voy a botar a la casa de mi primo y le voy a dar sus carajazos”
miércoles, 9 de marzo de 2016
Cascoja
Con este
nombre se le llamaba en nuestro dialecto
a las monedas emitidas especialmente para circulación en el leprocomio de la
isla de Providencia, eran acuñadas con el respaldo del Ministerio de Sanidad y
Asistencia Social y se les intercambiaba a los presos por monedas y billetes de
circulación nacional que familiares y amigos llevaban a los enfermos en los
periodos de visita, como forma de evitar que por medio del contacto con ellas estos
pudieran ser infectados. La primera emisión se hizo en 1913 y sus
denominaciones eran un octavo, medio, uno, dos, cinco, 10 y 20 bolívares. Tenían el valor de la misma en el
anverso y en el reverso la palabra en forma de arco Lazareto Nacional, en el
centro la palabra Maracaibo y en la parte de abajo el año de acuñamiento,
cuando en 1939 se le cambia el nombre a
estos lugares por Leproserías se cambiaron las monedas y el anverso quedó igual
pero en el reverso se leía leproserias nacionales en forma de arco e isla de
Providencia en el centro y el año de acuñamiento. Tambien eran llamados cobres
negros y ambas definiciones tenían sentido despectivo. “Tengo guardadas unas
cascojas que tenía mi abuelo”
martes, 8 de marzo de 2016
Café Kabuki
En la década
de los cincuenta se abren en la ciudad los dos primeros negocios de este tipo
siendo Kabuki, el segundo. Ubicado en plena calle 77 (5 de julio) en el centro
Comercial Icuma, frente del entonces Banco de Maracaibo, hoy edificio del
Seniat, la señora Ana, una italiana servicial y solitaria en 1953 y hasta su
muerte atendió dicho establecimiento que además de un local con aire
acondicionado poseía un terraza, al estilo francés donde se sentaban personas
de todo tipo y clases sociales a compartir. Competía en ese entonces con Bambi
en vender los mejores cachitos de la ciudad, una rivalidad sana que se extendió
a otros productos de pastelería. Por encontrarse al lado del Pin Zulia y en un
pequeño centro comercial donde también había boutique, tienda fotográfica, agencia de viajes y otros
negocios el tránsito por el lugar era fluido
y el ambiente algo bucólico. Los niños y adultos disfrutaban también de los
dulces, chocolates, tortas, las mejores pavlovas de la región y la exclusiva torta
pirámide que estaba hecha con capas de bizcocho de vainilla, fresa y chocolate
con capas de crema batida, bañada con sirop de chocolate. Por generaciones
propios y visitantes pasaron por este lugar que según cuentan dejó la señora de
herencia a dos de sus empleadas y finalmente fue comprado por el dueño del
centro comercial y derrumbado en la década del dos mil. Curiosamente dado que
la dueña nunca habló un español fluido muchos visitantes pensaron que era de
alguna isla inglesa del caribe.
viernes, 4 de marzo de 2016
Bambi Café
Este
lugar es un icono de la ciudad, sobre todo para artistas y bohemios que por más
de seis décadas se han dado cita en sus
espacios para conversar, intercambiar, compartir con amigos y extraños y hasta inspirarse.
Fue abierto en 1952 en la avenida Bella Vista, muy cerca de la Iglesia La
Consolación entre las calles 78 y 79, por Pedro Crameri un inmigrante suizo que
posteriormente en 1983 se la alquiló y posteriormente vendió a su empleada, también
inmigrante, pero italiana Mirella Righi de Carli quien junto a su esposo
llenaron el ambiente de olores y sabores
producidos por sus panecillos, crossait, cachitos de hojaldre, panes campesinos
y otras exquisiteces, todas hechas artesanalmente en el lugar que combinados
con el aroma del café, producida por la
primera máquina de vapor o express que hubo en la ciudad, sumada a su decoración al estilo gótico, dieron al lugar
un ambiente especial donde además de los cultores del arte también se han dado cita
familias, enamorados y ejecutivos. Con los años y los descendientes, el negocio
se diversificó y abrió otras dos sucursales, una en la calle 71 y otra en 5 de
julio, esta última actualmente cerrada. El nombre y el logo proceden de su
fundador y señala a un cervatillo común en las montañas suizas. El lugar se
mantiene ofreciendo sus ricos productos, su ambiente tradicional y su excelente
atención supervisada por su dueña, manteniéndose como una opción especial para
tomarse algo frio o caliente, comer los mejores cachitos de la ciudad, según muchos
de sus comensales y disfrutar de alguna compañía o de la soledad.
El Gusano
Esta
palabra señala genéricamente a los animales metazoos, de cuerpo blando, segmentado
o no que son considerados parásitos, entre ellos las lombrices y moderna y tecnológicamente
a un virus informático que es capaz de reproducirse e instalarse en otras
computadoras a través de las redes. También
se les endilga despectivamente a las
personas de malas acciones, pero nuestro dialecto la ha tomado puntualmente
para bautizar a los nuevos buses articulados de la empresa Metro de Maracaibo
que realizan la ruta en la circunvalación tres, esto por lo largo y la forma de
acordeón, nombre que le dan en otros sectores, con el que se unen. Es de novísima data ya que estos comenzaron a
operar apenas en noviembre del 2015. “Vamonos en el gusano para coger el metro pa las playitas”
Los Dulces de Alicia
Este es uno de esos lugares que se han hecho tradicionales
desde la época de los sesenta hasta nuestros días, la razón es sencilla, ha mantenido
la esencia de su calidad y los sabores zulianos que identifican nuestra dulcería.
El negocio de vender bizcochos, ponquesitos y conservas a sus vecinos como una
forma de obtener algún dinero y de paso volcar esas enseñanzas de su abuela
desde el saladillo, fue el comienzo para Alicía Villalobos en el camino hacia
lo que nunca imaginó, un próspero y reconocido negocio que hoy es conocido no
solo en su ciudad sino también en otros partes del país. El abasto Los Tres
Urdanetas, situado en la calle 78 con avenida 42 del sector Grano de Oro, de su
esposo Carlos Luis Urdaneta fue el que primero ofreció al público sus manjares
y terminó dando paso a lo que hoy es el de su esposa, donde se ofrecen entre
una extensa gama de dulces, tortas y conservas, el de limonzón, hicacos,
lechosa con piña, arroz con leche, manjar blanco, conservas de coco con leche,
en diferentes versiones; torta de almendras, piña volteada, tres leches, chocolate,
torta negra y muchos más. Se han
multiplicado los locales en varios sectores de la ciudad y tres generaciones
siguen trabajando para brindar ms de medio siglo después el sabor y calidad
heredados.
Un vanová
Esta frase
era de uso muy común entre los comerciantes que poseían negocios en el centro de
la ciudad en los años 40 hasta 60 aproximadamente, era una especie de código
que transmitían sus empleados para que
estos no perdieran mucho tiempo con el comprador. Se les endilgaba dicho término
a esas personas que preguntaban mucho pero nunca compraban, en algunas ocasiones
a los que entraban con algunos tragos de alcohol encima, sin que esto
significara maltratarlos o desatenderlos, sino que se hacían otras labores
mientras el cliente miraba hasta cansarse e irse. Ya no se escucha ni usa. Tiene su raíz en la acción contradictoria que
menciona de ir pero no ir, o hacerlo pero no hacerlo “Mira que Julito es un vánova,
ponéte a limpiar mientras mira”