Esta
expresión es de mediana data en nuestro dialecto y la misma es una ocurrencia
jocosa propia del nativo. Con esta se señala a las personas que nunca llegan a
terminar lo que inician por falta de dedicación o porque a la primera negativa
lo dejan. Aunque la connotación más frecuente es la que asocia a estas en el
campo romantico donde se enamora a la persona del sexo contrario pero nunca se
llega a entablar una verdadera relación sentimental, o se intenta conseguir
favores sexuales que nunca llegan. Tiene su origen en el insecticida de esa
marca que tuvo una campaña publicitaria agresiva en los medios que lo transformó
en un producto de altas ventas y uso. El eslogan publicitario “Baygón las mata
bien muertas” refiriéndose a las chiripas y cucarachas término siendo usado
como contrasentido y cambiado por “Baygon amarillo las alborota pero no las
mata” una forma de reclamo de muchos que se quejaban del poco efecto de este en
los insectos y de allí en una forma subjetiva pasó a usarse en la expresión
estudiada. El nombre del color era el de la lata donde venía el producto. “Sois
como el baygón amarillo, las alborotáis pero no te dan ni a oler”
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