Esta
expresión sigue siendo popular en nuestro dialecto y también en otras regiones,
con la misma se señala peyorativamente el poco valor o la poca tenencia de
dinero o algo, tiene su génesis en el hecho que esta moneda era la más popular y
en un tiempo con ella se podía comprar artículos necesarios pero con el tiempo
y la inflación la misma quedó prácticamente relegada a ser solo parte del
sencillo para el cambio y su valor en relación a los costos se perdió. Se acuño
por primera vez en 1876 en el gobierno de Guzmán Blanco y además de ser en ese entonces
la de mayor valor doce y medio céntimos, fue la primera hecha en níquel. “Vendiste la casa por tres lochas” “No tengo
ni tres lochas para desayunarme”
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