Este es el nombre que un fabricante, colocó a
una de sus máquinas desechables para afeitar y que terminó definiendo a otros similares de
otras marcas tanto en nuestro dialecto como en muchas partes del país y América.
El mismo se le dio por ofrecer afeitadas rápidas, higiénicas y seguras a un bajo
costo. El éxito del producto en los años 60 provocó como otros, la
transformación del nombre de la marca en el del objeto que se ofrece. Por lo
tanto se pide con este nombre aunque no sean de la marca que lo popularizó. “Dame
una prestobarba amarilla”
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