De esta forma no solo señalamos a quien le haya sido clavado un
puñal. También usamos la palabra en otras connotaciones que no tienen que ver
con esto. Se le endilga a quien ha estudiado mucho, a las personas que son ricas o prosperas y en
los juegos a la persona que tiene mayor oportunidad de ganar. Actualmente se
sigue usando aunque ya no tan recurrentemente. “Clara vino puñaliá para el
examen” “Roberto está puñaliao, tiene cincuenta de mano”
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