Esta es una expresión que suele ser común en las zonas costeras que siempre están en contacto con el mar, por lo que es cotidiana en nuestro dialecto y asimilada en su significado de esperar que las cosas se tranquilicen, pero más local en cuanto a tomarla como adverbio de cantidad para indicar que hay pocas personas en algún lugar, lo contrario o antónimo es estar la marea alta. El hecho de usarlas figurativamente no indican que no se usen en su significado literal, el cual indica el alza o bajada del mar o algún cuerpo de agua. “Cuando baje la marea regreso a comprar los pastelitos”
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