Esta
palabra que llega al dialecto desde el entorno marino señalando la abrazadera
de metal que reforzaba los extremos de alguna
pieza de madera y que posteriormente identificó a las herraduras de los
caballos y a las envolturas metálicas de las balas, no se hizo popular por
señalar ninguna de las antes nombrada, sino por ser tomada para identificar el
uso que se le da a las palabras, inventando brollos o cuentos, con el propósito de incitar a alguna persona a que actúe irracionalmente. Se
usa en otras regiones del país con la misma connotación. “Dejá
de meterle casquillo a Eleuterio que se va morir de una arrechera”
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