Esta palabra no es tan común escucharla en nuestro dialecto actualmente. Es una palabra de vieja data traída por los españoles peninsulares con la que señalaban la maldad ejecutada o sentida por alguien. Pero acá tomó otra connotación que aunque está asociada al hecho no es literalmente lo mismo. Conocemos como tal las ofensas o injurias de palabra que alguien profiere, tanto públicamente como de forma velada hacia otra persona. “Todas esas inquinidades que ha dicho Susana de José son para hacerme pelear con mi marido”
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