Esta palabra es asimilada a nuestro dialecto y nada tiene
que ver con una ciudad de Mozambique que posee el mismo nombre. Se escucha en
la zona de Cabimas y los alrededores, fue traída por los habitantes de Falcón
que vinieron a trabajar en las industrias petroleras, más específicamente los
paraguaneros. Se señala con este nombre a la langosta africana, que tiene
aproximadamente de 15 a 20 centímetros y aunque son confundidos con los
saltamontes o las taras que llamamos maraqueras, son una especie diferente,
pero tienen en común que el roce de sus patas produce un sonido chirriante y
molestoso. Algunos aseguran que el nombre es onomatopéyico del sonido que
producen, mientras que otros que es un vocablo de descendencia africana, lo
cierto del caso es que este insecto era común en esa zona en ciertas épocas y
hasta fue tomado como apodo a algunas personas. “En el campo de la Rosa habían cheveves
como arroz, cerca de los taladros”
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