Esta palabra ya es raro escucharla en
nuestro dialecto, aunque el objeto que se señala con ella sigue siendo común.
La misma se le endosa al enhebrador que viene generalmente en los paquetes de
aguja y que, como su nombre lo dice, sirven para ensartar el hilo en ellas. Posiblemente
fue traído por los mercaderes ingleses, ya que es un invento oriundo de esos
lares desde la época victoriana, razón por la cual, en los de la época, la figura de la reina se encontraba en la
parte metálica del mismo, aunque hay quienes sostienen que es anterior a ese
periodo. Su nombre original es Threader. El nombre usado en nuestro dialecto es
herencia de los inmigrantes margariteños que trabajaban con las compañías petroleras,
por lo que era muy usual en la Costa Oriental mientras que en la occidental también
se le llamaba ensartador. “Después de
cincuenta años es que me doy cuenta para qué carajo sirve el ensartañejo”
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