Esta expresión fue muy popular a
mediados del siglo 20 en nuestro dialecto y ha caído en desuso y ya es raro
escucharla. La misma se usaba para señalar a una persona cuyo proceder era violento
o arriesgado o que no acataba órdenes y hacia las cosas como le parecía. Esto
sin embargo no era sinónimo de antisocial, aunque había casos que así lo fuera.
Tambien era usado para endilgárselo a niños traviesos. Deriva del personaje de la
mitología grecorromana quien poseía estas características y que fue el padre de
los fundadores de Roma. Cabe acotar que en la época que nació y se hizo popular
el término la literatura romana estaba de moda en la ciudad de Maracaibo y de
ella derivaron incluso muchos nombres de ciudadanos. “Ese Pradelio es eneas, no le para a nada” “El
niño de Pola es eneas, no está un minuto tranquilo”
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