Esta palabra aún puede escucharse en nuestro
dialecto aunque es muy poco frecuente. Es de vieja data y la misma se usa como
expresión de asombro, sorpresa o desprecio y hasta era frecuente usarla como comodín
para señalar algún objeto no identificado. La trajeron los españoles y proviene
del latín pediola y señalaban con ella un cordel o cuerda delgada con el que se
amarraban paquetes pequeños, pero en toda América e incluso Italia tiene
diversos significados, ninguno como el nuestro, de tal manera que puede
considerarse asimilado el término pero no sus acepciones. “Pasáme la piola esa”
“Vete pa la piola” “A la piola, me gané la rifa de Petra”
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