Esta palabra en el sentido que se conoció en antaño en
nuestro dialecto ya no se usa, ya que la misma fue una tradición popular entre
los bodegueros o abastos de la ciudad y región,
quienes regalaban a quienes hicieran sus compras los sábados temprano en
la mañana un huevo de gallina cocido como ñapa por esto y aunque yema se le
llama al amarillo, para evitar malas interpretaciones con el uso con el uso de
la palabra huevo, se le decía así. Esta era una de las muchas formas que los
bodegueros de antaño usaban para atraer clientes. “Mañana voy tempranito al
mercado para ganarme mi yema cocía”
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