Entre
esas edificaciones que el progresó se llevó se encuentra este, ubicado en la
calle La Marina, hoy avenida libertador, a orillas del lago, entre las calles
Milagro y Miranda. Era un lugar donde no solo se iba a comprar, sino también un
sitio de encuentro. Mandado a construir en 1920 al final del gobierno de Santos
Matute y abierto un año después por el nuevo presidente del estado José
Gabaldón, su nombre oficial era Mercado del lago por encontrarse a orillas de
este, pero fue llamado también del pescado, porque allí se conseguía este
alimento fresco, traído en canoas y cayucos recién sacados del lago, y de los
buchones, el más popular, porque esas
aves permanecían en los techos de la edificación dándose banquete con los peces
muertos y otros desperdicios que los vendedores arrojaban al agua. Los
vendedores se ubicaban por sectores, como era costumbre en este tipo de
comercios, de acuerdo a los productos que ofrecían de tal modo que había áreas
de verduras, carnes, incluso de cacería como venado, conejo, báquiro, lapa o
cachicamo, granos, víveres, frutas,
especias, y al final colindando con el
lago estaban los que vendían pescado. Desde los puertos del sur del lago las
piraguas traían plátanos, que colocaban en forma de rueda en el malecón,
palomitas, yaguasas y otros productos. Entre los productos ofertados estaba la
harina de sagú, traída en saco de los andes y alimento cotidiano de los
pequeños, que vendían detallada, esta era hecha de la raíz del ocumo. El lugar
era frecuentado por gente
de diversas clases sociales y turistas y también pequeñas ventas de comida
servían para mitigar el hambre de quienes permanecían allí. Un lugar bullicioso
y tradicional inmortalizado por la gaita cantada por Astolfo Romero.
Desapareció dando paso a la actual avenida Libertador.
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