Esta palabra que señala el apellido Rockefeller,
perteneciente a una opulenta familia norteamericana, quien amasó su fortuna con
el petróleo, fue tomada en nuestro dialecto en forma peyorativa y jocosa para
señalar a quien se vanagloriaba de tener dinero o se la echaba de rico. También
era usada de forma burlesca como apodo transitorio y contrasentido hacia quien
no tenía dinero para comprar o colaborar en algo. Fue muy popular en la época de
los 60 y 70 cuando jóvenes estudiantes liceístas hicieron protestas en contra
de Nelson, quien para ese entonces era dueño de los supermercados TODOS, Sears,
la Estándar Oil Company y más del 90% del petróleo venezolano. Posteriormente
fue sustituida por Rafito Boleon y ahora es raro escucharla. “El roquefeller de
Mario es insoportable” “Hey roquefeller ¿no vais a poner nada para el desayuno?”
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