Con este nombre señalamos en nuestro dialecto al
pegamento instantáneo de acción rápida que viene en tubitos pequeños y se ha
transformado en indispensable en los hogares, tanto que hasta las uñas postizas
se pegan con él. El nombre pertenece a la marca que se popularizó y es otro
ejemplo de metonimia que ha pasado a ser parte de nuestra habla. El producto es
a base de cianocrilato de metilo, sustancia creada por Harry Coover en 1942 en
los laboratorios Kodak, pero no fue lanzada al mercado como pegamento hasta
1958, y distribuido a nivel mundial hasta dos años después cuando Kodak vendió
a Loctite la patente. También es usada en nuestro dialecto de manera burlesca
como contrasentido para indicar que algo que se rompió será imposible pegarlo. “Pegáme los lentes con
pega loca” “Pegálo con pega loca que solo perdió la forma”
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