Esta palabra ya es muy raro escucharla en nuestro dialecto en la connotación
que se le da en el mismo que es agonizar o sufrir un largo tiempo una
enfermedad. No tiene relación con la palabra de origen taino que significa rozar,
raspar o rallar, ni con la registrada en la Real Academia que es llorar o
lamentarse, mucho menos con la popularizada por los reggatoneros que significa
bailar pegados o perriar ni tampoco con el anglicismo guaya. Posiblemente sea
una deformación de alguna palabra indígena. También puede escribirse con doble
L en lugar de Y, o ser usada de forma
figurada para indicar dificultad “La tía de Rolando tiene ya un semana guayando”
“Voy a empezar a guallar por la falta de
materiales para seguir construyendo”
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