Este nombre identifica a una serpiente venenosa muy común en nuestro país
y región también llamada mapanare, pero nuestro dialecto la tomó también para endilgárselo
a las personas consideradas malas o de acciones nada loables, aunque también se
califica así a quienes pelean o discuten mucho, siendo estas confrontaciones
verbales y no físicas. En el terreno sentimental también se le endosa a la
pareja que sufre de celos sin razón. Es de uso común aunque ha ido desapareciendo
del habla cotidiana. “No te confiéis de ese carajo que es un guayacán” “Esa
hermana tuya es un guayacán, pelea por todo”
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