En la avenida Libertador donde estuvo el Mercado
principal de Maracaibo funciona el Lía Bermúdez, este mercado construido hacia finales
de 1920, tras el incendio del anterior, con
estructuras metálicas traídas en barco
desde Inglaterra, funcionó desde 1931 hasta 1973, cuando fue cerrado dado las
condiciones y el traslado de esta actividad al nuevo Mercado Las pulgas. Se
procedió a remodelarlo y convertirlo en Centro Popular de Cultura, para
organizar, apoyar, presentar y promocionar las manifestaciones
artístico-culturales, experiencia que dura hasta 1982 cuando es cerrado por
diversas causas entre las que destacan la inseguridad y las condiciones
ambientales, al carecer de aire acondicionado. En 1979 la escultora Lía
Bermúdez quien dirigía la Secretará de Cultura del Estado, asesorada por
Roberto Guevara y Sergio Antillano propone reacondicionar el lugar, acondicionando
totalmente el edificio, con cerramientos y modificaciones para la presentación
de espectáculos y eventos artístico-culturales, además de ofrecer algunos
servicios: teatro y artes escénicas en general, salas de exposiciones, centro
de información y documentación, biblioteca para las artes universales, sala de
lectura, sala audiovisual, tienda de arte y cafetín-restaurante y tras la aprobación el gobierno nacional
encarga a MINDUR la tarea en la persona del arquitecto José Espósito. El 7 de
junio de 1990 el gobernador Álvarez Paz crea por decreto el Centro de Arte de
Maracaibo dándolo por nombre el de Lía Bermúdez, impulsora y tenaz trabajadora
del proyecto, adjudicándole como sede permanente el espacio del antiguo Mercado
Principal. El 16 de octubre de ese año por nuevo decreto se crea la Fundación
de Estado para el Centro de Arte de Maracaibo Lía Bermúdez (CAMLB) y es
entonces cuando se inician los trabajos antes mencionados. El 4 de noviembre de
1993 se inaugura oficialmente el lugar y el ministro de cultura José Antonio
Abreu lo declara museo y lo integra a la Red Nacional de Museos. La exposición
inaugural reunió a más de 100 de los mejores artistas platicos del país. Desde ese año comienza su transitar ofreciendo
diversas actividades y convirtiéndose en el espacio central de la Cultura dela
ciudad y del Estado, presentado entre algunas de sus actividades: Exposiciones
de arte, ecológicas, tecnológicas y científicas, Conciertos de música
clásica y popular, agrupaciones musicales, figuras del canto, Danzas nacionalista,
clásica y contemporánea, Teatro, Cine Arte (35 mm), Infocentro, Charlas,
conferencias, simposios, convenciones y otros, Servicio de Información y
Documentación de Arte, Visitas Guiadas, Talleres y Seminarios de Arte y Cultura
para niños y adultos, Planes Vacacionales, Tienda de Arte, Cafetería, etc.
domingo, 18 de septiembre de 2016
Ahíto
Esta palabra es de muy poco uso actualmente en nuestro
dialecto, permanece el en hablar de los abuelos de la zona norte del Estado, es
asimilada y que fue traída por los españoles y usada en la connotación más
frecuente que es estar o quedar saciado o lleno, por efectos de comer
demasiado. También la usaron para señalar la indigestión o el empacho e incluso
para indicar un estado de cansancio
extremo, pero en estas connotaciones fue usado muy limitadamente, sobreviviendo
solo la primera. “Quedé ahíto con ese mojito que hizo la cuñada”
Echar jareta
Esta expresión todavía usada en nuestro dialecto en el
norte del Estado, también tuvo su uso moderado en otras regiones en el pasado y
nada tiene que ver con las definiciones que le da el Diccionario de la Real Academia,
ya que no está relacionada con costura ni con pesca. Se le señala de esta
manera a la acción de echar bromas, molestar, fastidiar, etc., es una sinónimo de
mamar gallo, que también es usado actualmente con la misma connotación en
algunos estados andinos como Trujillo. Fue traída por los canarios pero no con
la connotación local. “Ese primo tuyo no se cansa de echar jareta todo el dia”
Limpiavidrios
Esta palabra
que se usa literalmente para señalar a la acción de limpiar algún vidrio o se
le endilga a las personas que tienen como parte de su oficio hacerlo, nuestro
dialecto la ha tomado también para señalar puntualmente a los trabajadores
informales que en los últimos años han aparecido en los semáforos de la ciudad ejerciendo
la tarea de limpiar los parabrisas de los vehículos que esperan que la luz
verde indique que pueden continuar. Los mismos no cobran una tarifa por la
acción sino que el cobro depende de la generosidad del conductor que se le
presta el servicio. Es de nueva data con este significado. “Voy a trabajar de
limpiavidrios porque l vaina está dura”