Esta frase ya poco se escucha en nuestro dialecto,
pero era común, sobre todo en la época decembrina cuando los artefactos pirotécnicos
eran populares y había una gama diversa de ellos de acuerdo a la edad de los
usuarios. Se le señalaba de esta forma a la acción de algún cohete, petardo o
triquitraqui, que en lugar de explotar como se esperaba, la pólvora se quemaba,
junto al envoltorio, emitiendo un sonido como el cacareo de una gallina, de allí
el nombre dado. “Esos cohetes que venden en la bodega no sirven, la mayoría
hace gallinita”
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