Este
nombre ya no se escucha en nuestro dialecto, aunque fue popular en épocas
anteriores sobre todo en las cocinas de la región. Se le endilga a la tapara o
totuma de diversos tamaños a la que se le hacen varios agujeros, estos de
dimensiones diferentes, para que sirva de colador. Cuando los actuales
utensilios no eran comunes y no estaban al alcance de la economía popular eran
una excelente alternativa. Algunos consideran que el nombre es una deformación
de ojosos. Estos coladores existen desde
la época colonial y eran de uso cotidiano de los aborígenes. “Hazme unos ososos
el fin de semana”
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