Esta
palabra ya se escucha poco en nuestro dialecto. La misma no tiene ningún tipo de
relación con deslumbrar ni con candela. Era muy común en el medio costurero en
donde la connotación dada era coser en la orilla de la tela, de forma tal que
por un lado se aprovechaba más esta y por el otro era una técnica perfecta
cuando se trataba de reparar piezas que por alguna razón tuvieran un daño o debían
ser estrechadas o agrandadas. En otros países
como Cuba o Colombia se le llama a esto el hecho de sobrehilar una tela. “Llevále
ese vestido a Marucha que esa es experta en encadelillar”
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