Este fue
el lugar más popular de la Maracaibo desde los años 30 hasta finales de los 60 y
tal vez incluso los 70 con un estilo francés donde resaltan los mercurios que
adornan la parte superior de los ventanales. El edificio en cuestión tiene una
larga historia. Fue construido en 1892 por ingenieros galos para Emilio Mc Gregor,
posee dos plantas, y tras ser bodega, casa de habitación, y sede del Club
Comercio, en 1919 Carlos Martínez la alquila y constituye la firma Mac Gregor que pasó a convertirse en la primera tienda
por departamento de la ciudad y la que más clientes poseía, pero sería en las
afueras de esta donde palpitaba como un gran corazón la ciudad, ya que era en
la Plaza Baralt donde se daba cita el pueblo. En esa esquina, que es la
intersección de las calles Colón y Comercio, pasaba el tranvía y posterior a la
desaparición de estos en 1930 y hasta 1952, se colocó en su acera una bomba
manual de gasolina que funcionaba por gravedad y era propiedad de Abraham
Vargas, donde se surtían las jaulitas de
transporte que heredaron los pasajeros del tranvía y los escasos carros de los
30 y 40. Allí fue muy famoso “El periquito de la suerte” que era un señor con
un periquito y una cajita con papelitos donde se le leía la suerte al cliente
que pagaba para que el ave los sacara. .Entre los 30 y 40 el sector tenía
presencia de personas las 24 horas del día y en el mismo los periódicos de la época instalaron
pizarrones donde anotaban las noticias de última hora que iban llegando a la
redacción de los mismos. Fanáticos del beisbol, carreras de caballo y otros
juegos y deportes, junto al pueblo de todas las clases sociales se daban cita
allí y las tertulias se hacían interminables, también el comercio informal fue
tomando toda la plaza. Allí se formaron sociedades mercantiles, se gestaron
matrimonios, se citaron enamorados y hasta sirvió de punto para los más
desconocidos propósitos. Sobrevivió a la destrucción del Saladillo pero un
voraz incendio destruyó en 1978 la parte
interna del edificio quedando solo levantadas las paredes externas, entre ellas
la de la esquina. Este en esa época y desde 1950 había pasado a ser un
improvisado centro comercial con tiendas como Calzados Ciro, Molko y la Casa Eléctrica,
ocupando Mac Gregor el fondo del lugar. La desocupación de la Plaza Baralt y
los nuevos tiempos acabaron con la vieja costumbre de darse cita allí y aunque
comercialmente ha seguido siendo casa de algunos vendedores ya solo es parte
dela historia local. Recientemente han decidido restaurar la zona y entre las
edificaciones se encuentra esta.
Muy interesante y muy completa la reseña. Gracias
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