Esta
palabra no es autóctona de la región sino un venezolanismo que ya es raro escucharlo
pero que era algo común hace algunas décadas. Por lo tanto es asimilada a nuestro
dialecto. Con la misma se señala los morados o verdes que aparecen en la piel
sin haber sido provocados por golpes que se tenga recuerdos. Se atribuyen estos
al hecho de que algún muerto los haya provocado mientras la persona duerme o
sin que esta los sienta. Se decía que estas afectadas debían prenderle velas a las ánimas o rezarles. Es una especie
de leyenda popular heredada tal vez de los indígenas que ha ido despareciendo. “Tengo
como 5 pellizcos de muertos en las piernas”
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