En la
Maracaibo de antaño, sobre todo en la zona rural que la rodeaba se tenía la
creencia que los rayos que caían desde el cielo traían a la tierra piedras muy
particulares que quedaban enterradas en el suelo, este mito dio como resultado
que los niños o jóvenes al pasar la tormenta si alguno caía salieran a buscar
estas irreales piedras para tenerlas como trofeo. Razón por la cual se hizo de
cierta manera común el nombrar las mismas. Ya es algo desaparecido. “Mi abuelo
decía que uno de mis tíos consiguió la piedra del rayo”
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