Esta palabra no tiene nada
que ver con el verbo adorar y ya escasamente se usa en nuestro dialecto, con
esta se señala un rudimentario mueble que se ponía en las cocinas para colocar
los alimentos evitando que ratas, ratones y otros animales pudieran comérselo o
picarlos. El mismo consta de una tabla de aproximadamente un metro de largo y
más o menos lo mismo de ancho en la que
se coloca una cuerda en cada ángulo de la misma, anudándose para mantener la posición horizontal y desde
el nudo resultante sale otra cuerda que se fija en el techo de la cocina de
manera que quede colgado. Se estrecha en la parte superior metiendo esta cuerda
a través de una botella con un hueco en el fondo. En esa época los techos tenían listones que formaban
la estructura allí se amarraba el rudimentario mueble. También hay quienes
sustituían la madera por cestas "Le mandé a hacer un adorote al
carpintero porque los gatos se roban todo"
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