Esta expresión en
nuestro dialecto forma parte del argot de los pescadores del norte occidental
del actual estado. Con la misma se describe la acción que consiste
en golpear con una piedra el extremo de una cabilla cuyo otro extremo es
introducido en el agua y así poder producir máximo ruido desde una cierta
distancia de las redes, de tal forma que los peces asustados al tratar de huir
queden atrapados en el enmalle de la red. Esto sería lo que podría
llamarse "arrear los peces”. Es una práctica de cierta manera común. “Tuvimos
que echar cabilla porque la pesca estaba mala”
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