Esta
palabra que se usaba corrientemente antes en nuestro dialecto es asimilada, de origen
castizo y con la misma se señala el cuello o la parte final de este tanto de humanos
como de vasijas o botellas. También en forma subjetiva el hecho de estar
cansados o hartos de una situación. En España, de donde vino, se usaba como
comodín para señalar las cosas o acciones que se desconocía el nombre y en el
sur del continente es algo sin sentido. Se escucha todavía en su forma
subjetiva en el sector de “el bajo”. También la escriben con “Y” en lugar de “LL”
“Se me cayó la botella y se le rompió el gollete” “Me tenéis hasta el gollete
con ese tiquititaqui”
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