Esta es una expresión que ya se escucha poco en
nuestro dialecto pero que nuestras abuelas usaban a menudo hace años, con la
misma no se señala alguna anomalía corporal sino el hecho que una persona sea
hiperkinetica o hiperactiva, que le cuesta estar sentada o acostada, también se
le aplicaba a la persona que era muy callejera. Es una alegoría a un insecto muy común en nuestras
casas, la araña, y a la creencia que sus patas se encuentran en ese sector del
cuerpo de las mismas. “Ese coñito como que tiene paticas en la espalda porque
no se queda tranquilo”
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