Esta
expresión autóctona ya no es tan cotidiana pero sigue usándose en nuestro dialecto y con
la misma además de señalar el precio de esta golosina se indica la elocuencia o
exceso de hablar de una persona que generaba molestia o aturdimiento en quienes
se encontraban con él o cerca. Su uso es
recriminatorio y tiene su génesis en la cantidad excesiva que daban de esta
golosina por ese costo hace algunos años los vendedores ambulantes de la misma.
Aunque lo correcto sería decir gallito a medio tal como lo ofrecían, en este
caso en el cual se le endilga a alguien la gente le agregó la preposición “de” que
le da énfasis y le proporciona cualidad. “Gallito de a medio cojé aire que te
vais a ahogar” “El gallito de a medio de
Pichirulo me tiene con una puntá de cabeza arrecha”
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