Esta
palabra tiene varios significados, entre ellos se le llama así a una carreta
grande o a una carretilla de dos ruedas que entre otros usos está el de cargar
concreto y en nuestro dialecto se le decía de esta manera a los trompos artesanales
fabricados por carpinteros o ebanistas que vendían en algunas bodegas o chozas
de la ciudad, cuya característica principal era el ser más grandes que los
tradicionales y con detalles de elaboración llamativos, en ocasiones hasta eran
tallados. Su precio era mayor, por lo que sus poseedores se sentían jochaos de tenerlos,
lo que elevaba su valor sentimental. Aún es posible conseguirlos pero son muy raros. “El padrino de Juanito le
regaló un carretón”
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