De esta
manera no señalamos en nuestro dialecto nada que piense o calcule, muchos menos
a quien ayuda al nombrado, es una forma ocurrente y jocosa con el que algunos
llaman a una herramienta común en los hogares y de muy fácil uso, el martillo.
Y viene esto a consecuencia que según un decir popular todo se arregla a golpes
y es la función de la nombrada. Es de uso limitado. “Buscáme el ayudante del científico
para arreglar esto”
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