Esta
palabra es común en nuestro dialecto y hasta ha emigrado a otras regiones. Con la misma se señala mucha
cantidad de dinero que se tiene, recibe, da, etc. Es el superlativo de cobres,
nombre con el que señalamos a este y que es el identificativo de nuestra habla.
Tanto los terminales con amentazón y los
sufijo azón y ón, forman parte de la manera coloquial de crear aumentativos. Es
de vieja data. “Memo se ganó una cobramentazón en la lotería”
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