Esta es una expresión común de nuestro dialecto y aunque parece autóctono
no lo es, es asimilado, con la variante que el original es cotorra. Se usa casi
siempre satíricamente para señalar un pegamento misterioso, extraordinario,
capaz de unir cualquier cosa rota, desde objetos hasta amistades o entuertos y
que por supuesto no existe, de allí su carácter de cierta forma burlón, ya que
por supuesto esta no tiene saliva. Es utilizado en muchas islas del caribe y lo
trajeron los canarios. Ya no se escucha tan recurrentemente como hace unos años
y otra variante es la de loro. “Esa vaina la pegáis con saliva de cotorrera” “Ni
con saliva de cotorrera se vuelven a juntar esos carajos”
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