Esta palabra ya casi no se escucha en la connotación de hace
algunos años en nuestro dialecto, la misma no tenía nada que ver con árboles ni
con la acción de decir lo que se oye, se señalaba con este apelativo a las
personas que eran astutas e ingeniosas, ya que según la gente una persona que
pone atención a lo que se habla termina siendo muy hábil a la hora de ejecutarlo,
por lo que también se le decía así al buen escuchador. “Decíle a Gumersindo que
te haga eso que ese carajo es muy orejero” “El orejero de mi hijo hizo un
cuchillo con una hoja de segueta”
No hay comentarios:
Publicar un comentario