Esta palabra tiene una curiosa historia, ya que se usaba en nuestro
dialecto para señalar el dispositivo metálico que difunde el fuego en las
cocinas y siempre se pensó que era incorrecto y terminó cambiándose por el de
hornilla, pero resulta ser que es al contrario, el correcto es el que se decía
y el incorrecto es el que ahora se dice, pero que al generalizarse es el que se
usa en todas partes. “La hornalla esa está tapada”
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