Esta
palabra es de nueva data en nuestro dialecto, es usada por las personas que se
encuentran en el ambiente delictivo, policial o reporteril y por quienes están cercanos
a ellos. Surge desde el dialecto carcelario hacia las calles y con ella se
señala a los funcionarios policiales y de cualquier cuerpo de seguridad que
realizan labores delictivas amparados en su condición o que se convierten en cómplices
de antisociales para que estos la hagan o que los chantajea para conseguir
beneficios de ellos. Es una palabra
compuesta de policía y malandro. “Wilmer es un polilandro”
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